Nacido el 5 de mayo de 1813, Søren Aabye Kierkegaard fue un teólogo que provocó un cambio radical en el pensamiento cristiano al desafiar a la religión estatal y romper con las tradiciones filosóficas que buscaban probar la existencia de Dios usando la lógica.
También fue una figura enigmática cuya escritura confundió incluso a las mentes más sabias de la época (y hasta nuestros días). Criado en un hogar que valoraba la vida intelectual, Søren Kierkegaard se caracterizó por sus pensamientos y posiciones cuestionadoras. Sus contribuciones a la filosofía son inmensas, a pesar de que nunca pareció estar totalmente de acuerdo con él mismo.
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Aquí hay 10 cosas sobre Kierkegaard que no sabías (quizás).
1. Un compromiso roto afectó su escritura.
A los 27 años, Søren Kierkegaard estaba comprometido con Regine Olsen, pero casi inmediatamente después escribió en su diario que era un error y, un año después, canceló su compromiso. Algunos supusieron que no quería compartir su desesperación y personalidad melancólica con nadie. También es posible que decidiera evitar el matrimonio porque le impedía encarar con intensidad del proyecto filosófico que quería emprender. No está claro exactamente por qué cortó la relación, pero fue un gran impacto para él y procuró por diversos medios que ella entendiera las razones del fin de la relación. La desconexión también fue el punto de inicio de un período de tres años en el que publicó siete libros.
2. Le dejó sus pertenencias a su exprometida.
Kierkegaard pensaba que una propuesta de matrimonio era contractualmente lo mismo que un matrimonio, así que cuando murió, legó sus libros a Olsen a pesar de que ella se había casado con otra persona años atrás. Ella no lo aceptó.
3. Escribió bajo seudónimos para estar en desacuerdo consigo mismo.
Un sello distintivo del estilo de interrogación intelectual de Kierkegaard fue escribir bajo diferentes nombres para examinar a fondo, y a veces contradecir, sus afirmaciones. La práctica era habitual a fines del siglo XVIII y XIX, siendo The Federalist Papers un excelente ejemplo. Kierkegaard usó su propio nombre en tratados religiosos que no ganaron tanta atención como su trabajo filosófico, pero dichas publicaciones con seudónimos ayudaron a consolidar su objetivo de mostrar la verdad como algo subjetivo. Todo esto, según Kierkegaard, estaba al servicio de formular la pregunta principal: ¿cómo se convierte uno en cristiano?
4. Vivió a costa de una herencia.
El padre de Kierkegaard, Michael, se retiró a la edad de 40 años después de ser un exitoso comerciante de lana. No solo le regaló al joven Søren una educación rodeada de grandes pensadores y figuras culturales, sino que le dejó 30,000 rixdalers (moneda de plata danesa), que fue suficiente para que Kierkegaard viviera y se auto-publicara.
5. Pidió que un periódico satírico danés se burlara de él.
En 1845, Peter Ludvig Møller, escritor y editor del periódico satírico The Corsair, publicó un artículo —Stages on Life’s Way— en el que criticaba el estilo de vida de Kierkegaard. La respuesta de Kierkegaard iniciaría una disputa que tuvo un profundo impacto en el filósofo. En The Activity of a Traveling Esthetician y Dialetical Result of a Literary Police Action, el teólogo se burló del artículo y les desafió a burlarse de él. Así lo hicieron. Durante meses ridiculizaron su forma de vestir, hablar y actuar, el aluvión de insultos públicos humilló a Kierkegaard, pero más tarde escribiría que le dejó aislado de la una forma que le llevó a descubrir verdaderamente el cristianismo.
6. Le daba mucha importancia a la individualidad.
G.W.F. Hegel era una voz filosófica dominante del siglo XIX, que defendía que la realidad consistía únicamente en lo racional. El programa filosófico completo de Kierkegaard estaba dirigido a contrarrestar el pensamiento hegeliano, iniciando su obra maestra O lo uno o lo otro preguntando: “¿Son las pasiones, pues, los paganos del alma? ¿Razón sola bautizada?
Kierkegaard también escribió en contra de la iglesia (específicamente la Iglesia danesa) como una construcción grupal que consideraba que promovía una mentalidad de rebaño que evitaba que las personas se convirtiesen en verdaderos cristianos. Como si el título no fuera suficiente: en The Crowd is Untruth, escribió que la formación de una multitud consiste en colocar otra capa de abstracción entre el individuo y su verdad personal. La cúspide de todos sus escritos ensalzando la virtud de la individualidad es probablemente el Caballero de la Fe, como se ve en Temor y temblor, quien tiene tanta fe en sí mismo y en Dios, puede actuar separado del mundo.
7. Creía que la fe en Dios requería duda.
Donde Hegel buscó poner todo en el universo bajo el paraguas de la razón, Kierkegaard se acercó a la fe religiosa como un acto paradójico de creer algo fuera de los límites de la razón. En Postscriptum definitivo y no científico a las migajas filosóficas, escrito bajo el seudónimo de Johannes Climacus, Kierkegaard describió un “salto cualitativo” realizado por la fe que reconoce que no puede haber suficiente evidencia de la existencia de Dios que pueda justificar el tipo de compromiso total que exige la religión. Además, llegó a la conclusión de que la fe no tenía sustancia sin duda, escribiendo en su diario: “La duda es conquistada por la fe, así como es la fe la que ha traído la duda al mundo”.
8. Fue el padre del Existencialismo.
La preocupación central de la filosofía existencialista es la naturaleza del hombre. Al abrazar su angustia emocional, reconocer a la humanidad como un animal apasionado y celebrar la libertad y el individuo, Kierkegaard dio a luz a un movimiento que buscaba autenticidad en el pensamiento al reconciliar la razón abstracta con la experiencia personal. La verdad subjetiva se encuentra en el corazón del existencialismo, y el trabajo de Kierkegaard continuó influyendo en Friedrich Nietzsche, Martin Heidegger, Jean-Paul Sartre y otros.
9. Viajó muy poco.
Kierkegaard solo salió de Copenhague cinco veces: cuatro para ir a Berlín y una para ir a Suecia. Pasaba su tiempo libre asistiendo al teatro o hablando con extraños en la calle durante los paseos. Incluso durante la debacle de The Corsair, cuando se convirtió en el blanco de los chistes de Copenhague, se negó a salir de la ciudad, visitar cafés o pasear como de costumbre.
10. Murió joven después de un problema de columna vertebral.
Es bueno que Kierkegaard fuera tan prolífico, porque murió en 1855, a la edad de 42 años. Desarrolló una enfermedad en la columna (tal vez resultado de una caída en la infancia) y se desmayó en la calle. Murió aproximadamente un mes después en el Hospital Frederiks, dejando atrás una impresionante gama de ideas filosóficas que no impactarían realmente en la sociedad hasta su traducción hasta principios del siglo XX.
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