Dos años sin Horacio

Horacio Vázquel RialYa en su día, y todo esto hablado con Horacio, para no inmiscuirnos en su presencia en la web desde medios audiovisuales, decidimos no poner en el título nada que apuntara a la marca «Horacio Vázquez–Rial». No nos parecía que fuera sano para el desarrollo, sobre todo tratándose de un tiro de largo alcance, ni para todos esos contenidos que quedaron de su presencia en Internet, que su testimonio, que desde luego no había sido abordado desde el escritor o desde el periodista, se metiera en medio. Por el contrario, quien busque en Google por “sombra de la noche”, se encontrará –en vídeos, claro– que la película es la segunda referencia. O sea, no es difícil dar con ella si tienes alguna inquietud y navegas por la red, si te interesa el autor o la persona.

Mi afecto por Horacio sigue vivo como el primer día. Es increíble que uno pueda seguir queriendo a alguien aunque ya no esté; lo que me lleva a considerar la cuestión de si nos quisimos bien en vida (creo que si), o si nos quisimos como si no estuviéramos (creo que no). O quizá es que el amor no tiene que ver con estar o con verse esencialmente sino con participar de la vida del otro, ser parte de ese otro. Lo que me lleva entonces, y me da mucha felicidad, a pensar que aquello en donde “estaba”, ese lugar en el que Horacio tenía nuestra amistad y en el que yo guardo la nuestra: sigue vivo. ¡Sigue vivo!

Eso es mucho más feliz que ahondar en que se murió, que ya no está, que jamás nunca volveremos a saber de él, que ya es sólo unos gramos de polvo de estrella. Mi razón, seguramente piensa así pero mi corazón que es quien manda en mi casa, las co-razones que nos unían tanto como amigos, desde luego no. Claro que sé que falleció, joder, estuve allí: claro que sé que enfermó y que se fue enfermando más y más hasta el final: compartimos ese último año (y la película también es testimonio de ello); además, estoy escribiendo esto en el segundo aniversario de su muerte –¡Dos años sin Horacio! Lo que sucede es que una parte de mi lo mantiene con vida, le habla, le escucha, lo siente, conversa; trata de compartir con él pensamientos, ideas, rutas hacia nuevos emprendimientos.

> Puedes leer artículo completo en la web de Sombra de la noche.

Sombra de la noche

Una película de Pablo Odell con la colaboración especial de Eduardo Montes-Bradley y Albert Gironès. «Sombra de la noche», con Horacio Vázquez-Rial, sobre su experiencia con el cáncer durante su último año de vida. Una conversación fragmentada sobre la muerte, la vida después de la muerte; sobre el miedo a la muerte, a morir. Recuerdos y relatos que justifican una sobrevida.