12 de julio de 2017
Centro Lacan de Valladolid

con la participación de Roberto Martínez de Benito (León) y José Manuel de Manuel (Valladolid)

El pasado 12 de Julio, en el Centro Lacan asistimos encantados a la presentación del último libro de José María Álvarez, Estudios de psicología patológica.

¿Por qué encantados?

Porque J. M. Álvarez supo atraer y ganar la atención de los asistentes por sus dones naturales, en este caso por su talento.

El psicólogo José Manuel de Manuel, como responsable de la Biblioteca de Orientación Lacaniana de Castilla y León, institución que convocaba el acto, fue quien pronunció las primeras palabras, de manera clara, breve y concisa, diciendo que para no robar tiempo al autor solo utilizaría tres expresiones: «Un buen profesional, un buen clínico y un buen profesor». Más tarde expresaría cómo le había impresionado que la tristeza apareciera como hilo transversal a lo largo de todo el libro.

Continuó hablando Roberto Martínez de Benito, psiquiatra y psicoanalista, quien valoró los cambios que había percibido en José María durante el largo tiempo en que se conocen. Lo presentó como «alguien que expresa sus conocimientos, ya reposados, desde una madurez que le ha distanciado de la rigidez teórica inicial y que le permite hablar desde sí y no desde las teorías de otros», para transmitir el saber que, desde su práctica, observación clínica y constante formación, ha alcanzado.

Cuando tomó la palabra el protagonista del evento, ubicó su libro como el cuarto de la colección La Otra psiquiatría del sello Xoroi Edicions y anunció, que en breve, podremos seguir enriqueciéndonos con el quinto: Oráculo de tristezas (La melancolía en su historia cultural), cuyo autor, el doctor David Pujante nos acompañaba. A continuación, pasó a dar organizada y pedagógicamente (valores que le caracterizan), esclarecedoras razones de por qué su libro merece la pena ser leído.

Después de declararse discípulo de Fernando Colina, prologuista del libro, presente en la sala, le agradeció, entre otras cosas, haber adquirido la flexibilidad con la que actualmente se enfrenta a las teorías psicológicas.

Presentación de «Estudios de psicología patológica»

Aunque el título Estudios de psicología patológica parezca ir dirigido a profesionales de la salud mental, la temática que alberga es de interés para todo aquel que se haga preguntas sobre el pathos humano y su esencia.

José María expuso argumentos que nos hicieron reflexionar y plantear la neurosis:

  • Nos recordó que la psicología está relacionada con la filosofía, disciplina donde no encajan ni dan respuestas las mediciones o repeticiones del método científico, aludiendo al valor del síntoma y de su interpretación. Nos recordó también que la psicología patológica se fundamenta en la objetividad que aporta la semiología clínica y la subjetividad, con que cada sujeto vive su malestar, tratada por el psicoanálisis.
  • Que es necesario recuperar el concepto de neurosis (perteneciente a la psicología dinámica o humanista, cuyas bases parten de Freud), concepto vigente aún, aunque relegado por los estudios hoy en auge sobre la psicosis y muy sesgado por las terapéuticas biologicistas predominantes, con claros intereses económicos, que merman su potencial heurístico.
  • La importancia de tener presente que la realidad humana no es lo mismo ni queda reducida a las teorías, meras construcciones, que se hacen para dar cuenta de ella. Por tanto, la necesidad de desmitificar, flexibilizar y no dogmatizarlas.
  • Que a su vez no se puede prescindir de esas teorías, pues son necesarias como guía, base, para aquellos que queremos descifrar la condición humana a través de su comportamiento. Por tanto, cuanto más y mejores descripciones existan de las patologías psíquicas, así será posible descubrir más síntomas que pasarían inadvertidos por desconocimiento de los mismos. Para ello hay que tener contacto con otras disciplinas que estudian los mismos procesos, aunque apliquen términos diferentes, desde una actuación ecuménica.
  • Que la psicología no puede existir sin la clínica y que esta no puede desarrollarse sin las luces que aportan la historia y la epistemología.

Habló también de lo importante que para él es estar en contacto con jóvenes estudiantes que le devuelven a lo esencial, a las preguntas primeras.

Pudimos disfrutar durante más de una hora de su dinámica oratoria y escuchar, como cierre, un esperanzador elogio a la locura, uno de los estudios incluidos en el libro, cuando nos hizo partícipes de que «Gracias a su proverbial insatisfacción, a buen seguro que la histeria contribuirá una vez más a poner las cosas en el sitio que conviene, esto es, en el sujeto dividido que habla para saber y así curarse».

Como ampliación de a este breve acercamiento al libro y a su autor, os recomiendo que leáis Para una clínica con fundamentos: «Estudios de psicología patológica», de José María Álvarez, por Carlos Rey. Encontrareis un buen resumen y un recorrido detallado por los ocho estudios que componen el libro.

Durante el turno de felicitaciones, comentarios y preguntas desde la sala, Gabriela Parano, psiquiatra argentina, identificó a José María con una de las citas que inauguran el libro, que reza: «Los órganos del conocimiento, sin los cuales no es posible una lectura fructífera, se llaman respeto y amor», aptitudes que siempre ha demostrado hacia el género humano; también aludió al respeto con el que habla de su pacientes y generosidad intelectual y humana que hacen que profesionales como ella crucen el Atlántico para asistir a sus enseñanzas en Valladolid.

Desde el Centro Lacan esperamos que el autor también estuviera satisfecho, ya que en la sala no había una silla libre, todas ocupadas por amigos, discípulos y seguidores de las miradas abiertas y respetuosas, como la suya, que nos esforzamos por difundir; y porque además pudo comprobar que muchos de los asistentes ya habían leído el libro y ver cómo otros tantos lo compraron ávidos por conocerlo.

por Soraya Merino Marcos